Miércoles, 07 de Abril de 2010

01 CAPERCAILLIE (2003) The Sound Of Sleat-The Fear-Dans Plinn
02 THE TANNAHILL WEAVERS - Are Ye Sleeping Maggie
03 WOLFSTONE - The Howl
04 ANTHONY QUIGNEY & AIDA - caislean an oir, humours of scarrif, over the moor to m
05 CAPERCAILLIE - Tobar Mhiore (Tobermory)
06 BERROGüETTO - Azul Graso
07 MADDY PRIOR - Poor Little Jesus
08 CLANNAD - A Gentle Place

09 FAIRPORT CONVENCTION - TAM LIN

I forbid you maidens all that wear gold in your hair
To travel to Carter Hall for young Tam Lin is there

None that go by Carter Hall but they leave him a pledge
Either their mantles of green or else their maidenhead"

Janet tied her kirtle green a bit above her knee
And she's gone to Carter Hall as fast as go can she

She'd not pulled a double rose, a rose but only two
When up there came young Tam Lin says "Lady, pull no more"

"And why come you to Carter Hall without command from me?"
"I'll come and go", young Janet said, "and ask no leave of thee"

Janet tied her kirtle green a bit above her knee
And she's gone to her father as fast as go can she

Well, up then spoke her father dear and he spoke meek and mild
"Oh, and alas, Janet," he said, "I think you go with child"

"Well, if that be so," Janet said, "myself shall bear the blame
There's not a knight in all your hall shall get the baby's name

For if my love were an earthly knight as he is an elfin grey
I'd not change my own true love for any knight you have"

Janet tied her kirtle green a bit above her knee
And she's gone to Carter Hall as fast as go can she

"Oh, tell to me, Tam Lin," she said, "why came you here to dwell?"
"The Queen of Faeries caught me when from my horse I fell

And at the end of seven years she pays a tithe to hell
I so fair and full of flesh and feared it be myself

But tonight is Hallowe'en and the faery folk ride
Those that would their true love win at Miles Cross they must buy

So first let past the horses black and then let past the brown
Quickly run to the white steed and pull the rider down

For I'll ride on the white steed, the nearest to the town
For I was an earthly knight, they give me that renown

Oh, they will turn me in your arms to a newt or a snake
But hold me tight and fear not, I am your baby's father

And they will turn me in your arms into a lion bold
But hold me tight and fear not and you will love your child

And they will turn me in your arms into a naked knight
But cloak me in your mantle and keep me out of sight"

In the middle of the night she heard the bridle ring
She heeded what he did say and young Tam Lin did win

Then up spoke the Faery Queen, an angry queen was she
Woe betide her ?ill-fought? face, an ill death may she die

"Oh, had I known, Tam Lin," she said, "what this knight I did see
I have looked him in the eyes and turned him to a tree

Versión en español del cuento por Laura Canteros. Tomada de aquí

TAM LIN

Janet, la hermosa hija de un conde de las Tierras Bajas, vivía junto a su padre en un castillo de piedra gris rodeado por verdes praderas. Un día, cansada de coser en su gabinete y de jugar largas partidas de ajedrez con las damas de la corte de su padre, se puso un vestido verde, trenzó su pelo rubio y salió sola a dar un paseo por los frondosos bosques de Carterhaugh.

El sol doraba los claros silenciosos donde el césped era tan mullido como una alfombra. Bajo la sombra verde crecían exuberantes las rosas silvestres y los largos tallos de las campanillas blancas formaban un dosel sobre los senderos.

Janet extendió la mano y cortó una rosa blanca para prenderla en su cintura. Apenas había separado la flor de la rama, apareció un joven frente a ella en el sendero.

-¿Cómo te atreves a cortar las rosas de Carterhaugh y a pasar por aquí sin mi permiso? -le preguntó.

-No quise hacer nada malo –se disculpó ella.

-Mi misión es proteger estos bosques y cuidar que nadie perturbe su paz –dijo el joven.

Luego sonrió lentamente, como alguien que no ha sonreído durante mucho tiempo, y cortó una rosa roja que crecía junto a la rosa blanca que Janet tenía en la mano.

-Sin embargo, sería muy feliz si pudiera dar todas las rosas de Carterhaugh a una dama tan hermosa como tú.

-¿Quién eres, joven gentil? -preguntó Janet mientras tomaba la rosa.

-Me llamo Tam Lin –respondió el joven.

-¡Oí hablar de ti! Eres el caballero elfo –exclamó Janet y arrojó la rosa con temor.

-No temas, hermosa Janet –dijo Tam Lin-. Aunque me digan caballero elfo, soy tan humano como tú.

Y Janet escuchó asombrada mientras Tam Lin relataba su historia.


-Mi padre y mi madre murieron cuando era muy pequeño y mi abuelo, el conde de Roxburght, me llevó a vivir con él. Un día, mientras cazábamos en estos mismos bosques, comenzó a soplar un viento extraño desde el norte, que secó todas las hojas de los árboles. Sentí que me invadía un sueño profundo y me fui alejando de mis compañeros hasta que caí del caballo. Al despertar, estaba en la tierra de las hadas. La Reina de los Elfos me había raptado mientras dormía.

Tam Lin hizo una pausa, como si estuviera recordando esa tierra verde y encantada.

-Desde entonces –continuó-, estoy sujeto al hechizo de la Reina de los Elfos. Durante el día cuido los bosques de Carterhaugh y por la noche vuelvo a la tierra de las hadas.¡Oh, Janet, cómo quisiera regresar a la vida humana de la que me arrancaron! Deseo con todo mi corazón verme libre del encantamiento.

Tam Lin hablaba con tanta pena que Janet preguntó conmovida:

-¿Y no hay ninguna manera de lograrlo?

Tam Lin tomó las manos de la joven entre las suyas.

-Esta noche es Halloween, Janet –dijo-, la noche entre todas las noches en que hay una posibilidad de devolverme a la vida humana. En Halloween los seres mágicos viajan a otra comarca y yo voy con ellos.

-Dime cómo puedo ayudarte –dijo Janet -. Lo haré de todo corazón.

-Al llegar la medianoche –le explicó Tam Lin-, debes ir a la encrucijada y esperar allí hasta que pase la caravana de los seres mágicos. Cuando veas acercarse al primer grupo, no te muevas y déjalos seguir su camino. Lo mismo harás con el segundo grupo. Yo iré en el tercer grupo, montado en un corcel blanco como la leche y llevaré una corona de oro en la cabeza. Entonces correrás hasta mí, Janet. Derríbame del caballo y abrázame. No importa que hechizos lancen sobre mí, abrázame fuerte y no me sueltes. De esa manera podrás devolverme a este mundo.

Esa noche, poco antes de las doce, Janet corrió hacia la encrucijada y se ocultó entre los arbustos espinosos. La luz de la luna centelleaba en el agua de los arroyos, la sombra de los arbustos dibujaba figuras extrañas sobre la tierra y las ramas de los árboles crujían aterradoramente sobre su cabeza. El viento traía un leve sonido de galope. Se acercaban los caballos mágicos.

Janet sintió que un escalofrío le recorría la espalda y se encogió en su capa mientras miraba expectante en dirección al camino. Primero vio el brillo de los arneses de plata, luego la estrella blanca en la frente del caballo que encabezaba el cortejo y pronto apareció ante su vista un grupo de seres mágicos con caras pálidas de rasgos afilados en los que se reflejaba la luz de la luna y extraños bucles élficos que se agitaban en el viento mientras cabalgaban.

Mientras pasaba el primer grupo, encabezado por la Reina de los Elfos que montaba un corcel negro como la noche, Janet se quedó inmóvil y los miró alejarse. Tampoco se movió cuando pasó el segundo grupo. Pero en el tercer grupo distinguió el caballo blanco de Tam Lin y vio el brillo de la corona de oro sobre su frente. Entonces salió de la sombra de los arbustos, corrió a sujetar las riendas del caballo, derribó a Tam Lin de la silla y lo rodeó con sus brazos.

Inmediatamente brotó un grito espectral:

-¡Tam Lin se escapa!

El caballo negro de la Reina de los Elfos corcoveó al sentir el tirón de la rienda para detenerlo. La Reina se volvió y sus ojos hermosamente inhumanos se detuvieron en Janet y Tam Lin.

Mientras Janet lo abrazaba con todas sus fuerzas, la Reina lanzó un hechizo sobre Tam Lin, quien se fue encogiendo más y más hasta transformarse en una lagartija escamosa. Janet la mantuvo apretada contra su pecho.

Luego sintió que algo se deslizaba entre sus dedos y la lagartija se transformó en una serpiente fría y escurridiza que se le enroscó al cuello mientras la sujetaba firmemente.

Un momento después, sintió un dolor ardiente en las manos y la fría serpiente se transformó en una barra de hierro al rojo. Lágrimas de dolor corrían por sus mejillas, pero Janet siguió abrazando a Tam Lin con la decisión de enfrentarse a lo que fuera para salvarlo.

Por fin, la Reina de los Elfos comprendió que había perdido a Tam Lin para siempre por la fuerza del amor de una mortal y le devolvió su aspecto original. En brazos de Janet, Tam Lin era nuevamente un ser humano. Janet lo envolvió triunfalmente en su capa. Y mientras la caravana reanudaba la marcha y una afilada mano verdosa tomaba las riendas del caballo en que había montado Tam Lin, se escuchó la voz de la Reina de los Elfos en amargo lamento:

-Hemos perdido al más apuesto de todos los caballeros de mi cortejo en manos de los mortales. ¡Adiós, Tam Lin! Si hubiera sabido que una mortal sería capaz de arrancarte de mi lado con su amor, te habría quitado el corazón humano y puesto en su lugar un corazón de piedra. Y si hubiera sabido que la hermosa Janet vendría a Carterhaugh, habría transformado tus ojos grises en un par de ojos de madera.

Mientras la Reina hablaba, la pálida luz del amanecer comenzó a iluminar la tierra. Con un grito sobrenatural, los jinetes mágicos espolearon sus caballos y se alejaron a toda velocidad. El sonido de las campanillas de los arreos se desvaneció en la distancia.

Tam Lin besó con ternura las doloridas manos llenas de quemaduras de Janet y juntos regresaron al castillo de piedra gris.

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1 comentario:

Roberto dijo...

Que tal Sergio, aunque no comento en todos los programas, aca estoy, firme desde El Hoyo.
Saludos y sigan asi, espero verlos el sabado.

Roberto

Martes, 28 de noviembre de 2017

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